A LA MITAD DEL CAMINO.
El actual gobierno federal va a la mitad del camino. Los contribuyentes apenas lo empiezan en esta transformación fiscal.
La cruda realidad nos muestra que, de un panorama que prometía ser benéfico por ofrecer tasas "bajas" del ISR/RESICO (Impuesto Sobre la Renta, Régimen Simplificado de Confianza) y lo es, al panorama también, del fortalecimiento de la acción fiscalizadora de la autoridad, en este caso el SAT (Sistema de Administración Tributaria) ¿Por qué? Tomará fuerza debido a que el contribuyente opta por el atractivo de las bajas tasas del ISR, y las facilidades y simplificaciones administrativas renunciando a su derecho de AUTODETERMINACIÓN de los impuestos es decir, por parte del propio contribuyente. ¿Que pasará?
En el peor de los escenarios la autoridad determina, más bien presume, una discrepancia fiscal, en base a los cfdi, que son el adn de las operaciones, y así generar un crédito fiscal a cargo del contribuyente, con toda la molestia que esto implica.
En el mejor de los escenarios la autoridad determina, más bien presume, una discrepancia fiscal y genera un crédito fiscal a cargo del contribuyente. Este último presenta una solicitud de aclaración, a tráves de los medios electrónicos establecidos por el propio SAT (Servicio de Administración Tributaria) en tiempo y forma, entendiendo en forma que vaya bien soportada documentalmente la promoción. La autoridad resuelve favorablemente.
Recomendaciones escenciales al contribuyente, consultar con un profesional fiscal que ofrezca guías para emitir y recibir CFDI efectiva y eficientemente, para que el contribuyente y sus colaboradores eleven sustancialmente su destreza acumulativa y por otro lado deductora, de sus ingresos y sus egresos, respectivamente, guardar el Iva en el cofre de los tesoros, que recuerde el contribuyente que ese dinero no es suyo, por lo tanto que no se hagan presupuestos, ni se coticen las operaciones comerciales y financieras, considerando dicho impuesto.
Por último invitar a todos los contribuyentes a formalizar, regularizar y actualizar sus obligaciones fiscales por el bien común. Y que considere que la profesión contable está totalmente preparada para abordar está transformación fiscal que nos ocupa e interesa por el mejoramiento económico no solo de nuestra comunidad y nación sino por el mundo.
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